+ Hay policías, pero falta coordinación.
+ La delincuencia trabaja impunemente.
+ María Fernando, un hecho que nos duele.
Ante la manifiesta incapacidad y la falta de coordinación
entre las distintas corporaciones policíacas que operan con saldo rojo en esta
ciudad de La Paz, capital del Estado de
Baja California Sur, la delincuencia se ha convertido en una voraz maquinaria
que despoja impunemente de sus bienes patrimoniales a todos sus habitantes que
todavía hace muy pocos años, eran la envidia nacional por la tranquilidad y
la seguridad en la que vivían.
Ya no somos ajenos a ninguna de las modalidades utilizadas
por la delincuencia: asaltos a mano armada, sobre todo con armas de fuego y
objetos punzo cortantes; incontenible ola de robos a comercios y casas habitacionales;
robo y desmantelamiento de automóviles; fosas clandestinas y asesinatos; aplicación de somníferos a través
de aires acondicionados, puertas o ventanas; aparición de encapuchados,
interminables extorsiones telefónicas, robo de cilindros de gas, medidores de
energía eléctrica, pangas con sus motores fuera de borda, tubería y medidores
de cobre a casas, escuelas y sistemas de SAPA, desplumadero en casinos y
sospechoso funcionamiento de casas de empeño y negocios que compran todo el
cobre que se roba. Una relación interminable y muchos ciudadanos afectados, no
interponen ninguna denuncia ante la inutilidad de ello, por lo cual las
estadísticas nunca corresponderán a la
realidad
Comisionados en casas de funcionarios, mal organizados, con
horarios inconvenientes, comisionados en áreas administrativas, inhabilitados o
enfermos…donde están?.
Seguramente que trabajan sin coordinación y sin estrategias
apropiadas, no están de manera distribuidos de manera conveniente y no cubren
los horarios que mas utilizan los ladrones, porque nunca se bajan de sus
patrullas o quizá porque no tienen la capacitación que se necesita.
A ver si Usted, amable lector se lo explica:
Hay en este municipio 954 agentes de seguridad y tránsito;
tenemos 400 policías ministeriales de los cuales cuando menos 200 estarán en
esta capital; hay 200 agentes estatales ministeriales, además de 33 elementos
federales ministeriales.
Entonces, donde está
la falla?.
DONDE ESTARA LA SOLUCION.
Para que la ciudadanía vuelva a recuperar la confianza, es indispensable una estrecha
coordinación entre las corporaciones.
Con toda sinceridad, no creo que sea la ciudadanía el
mejoral que se necesita para combatir el dolor de muelas.
Por mucha voluntad que tenga, no podrán enfrentar a la
delincuencia solo con deseos, pero sin los elementos de defensa apropiados y
sin la capacitación debida. Los delincuentes cuando salen a la calle, van dispuestos a todo y generalmente armados.
.
Lo que se necesita son cuadros policíacos más capacitados;
que los elementos de las diversas corporaciones trabajen hacia un mismo objetivo,
que se reúnan para cambiar experiencias y conocimientos y que conformen un sistema
informativo confiable y eficaz para que sea de utilidad a todas las
corporaciones.
Pero si los agentes están mas preocupados por los bonos que
siempre les llegan a destiempo; que los directores de los diversos niveles no se pongan a trabajar coordinados y que no
se reúnan ni siquiera para tomarse un café, o que los agentes no tengan la
debida capacitación actualizada o que no tengan suficiente combustible para
realizar sus rondines, mucho menos para perseguir a nadie, pues entonces, si
que estamos fritos.
Recibimos en nuestro correo un emotivo mensaje de Siria
Salgado Lamas, tía de Maria Fernanda,
una jovencita estudiante de Los Cabos, misma que disfrutaba del gran amor de su
familia, la estimación de sus compañeros de estudio y cuya vida fue cegada a la
tierna edad de los 15 años.
Fue un acontecimiento que a toda la sociedad le dolió y que
ha sumido en el más profundo dolor a sus padres a quienes les apagaron su
principal motivo de vida.
El texto es el siguiente:
“En relación a lo sucedido a nuestra querida e inolvidable
María Fernanda, quien ha sido llamada
prematuramente a la presencia de Dios, de una forma para nosotros
incomprensible el pasado lunes 4 de noviembre, me dirijo a la ciudadanía en
general para agradecerles las muestras de amor y afecto para con Fernandita y su familia ya que represento un bálsamo en
medio del profundo dolor que nos invade.
Al mismo tiempo, hago un llamado a la unión, la fortaleza,
la fe y la esperanza pero también un exhorto a la comprensión y el respeto al
duelo familiar que nos lastima ante la irreparable pérdida física de nuestra
amada Fernandina, sobre todo a su mami que serán para todos nosotros, un verdadero regalo de Dios y
siempre las vamos a recordar unidas, y profesándose un incomparable e
inextinguible amor.
A las autoridades no les hacemos ninguna exigencia en particular,
pues me parece que deberán de cumplir con su responsabilidad para que el o los
culpables reciban el castigo terrenal a que se hicieron merecedores. Se que
están haciendo un importante esfuerzo para esclarecer los hechos y nosotros
tenemos absoluta confianza en la culminación de su trabajo. Aunque sabemos que
tal esclarecimiento no alcanzará para curar nuestra herida, pero es necesario
que se imponga el peso de la ley para tranquilidad de nuestra familia y de toda
la sociedad.
Tenemos la plena convicción de que habrá de alcanzarse la justicia
divina que es inequívoca, infalible, inevitable, eterna y en tiempo perfecto,
la cual solo nos llega a nosotros por la mano justa y sabia de Dios.
Le pedimos a toda la ciudadanía que esperemos con paciencia
el resultado de las investigaciones que se realizan guardando respeto por este
lamentable hecho y evitar cualquier tipo de especulación que nos vaya a
lastimar aun más.
Siempre será importante alzar la voz y no dejar en el
tintero de nuestro corazón un “te quiero” a todas las personas que están a
nuestro lado pues los abrazos, el cariño y un “te amo” no tienen precio, sobre
todo cuando se expresan a tiempo.
Vivamos nuestras vidas en honor de quienes han sido llamados
antes que nosotros, sonriéndole a la vida como lo hacía nuestra querida Fernanda
quien fue un angelito con paso fugaz pero que nos deja una huella que nunca
olvidaremos. Siempre te vamos a amar, bella vaquerita. Hasta pronto”.
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